Llamamiento mundial de la FDIM ante el covid-19

Fotografía de mujeres de FDIM en el Comité Mundial  realizado en Namibia en 2019.

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FDIM  | 30 abril 2020

La Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM) saluda y a todas las mujeres y hombres que están en la lucha para salir de la pandemia de Covid-19, somos solidarias con todos los pueblos y países del mundo que hoy enfrentamos esta grave emergencia sanitaria.

En estos tiempos inmensamente difíciles para las personas y las comunidades, la FDIM invita a todas sus organizaciones afiliadas a hacer todo lo posible para ayudar a sus comunidades nacionales y territoriales a salir de la crisis de salud que las está afectando.

Agradecemos a los pueblos y gobiernos que están poniendo recursos humanos y herramientas terapéuticas a disposición de otros países que los necesitan con urgencia.

Agradecemos especialmente a China y a Cuba por la generosa ayuda que ofrecen, al poner a disposición sus conocimientos científicos, recursos, personal médico y de enfermería para hacer frente a la emergencia de salud.

Foto de Telesur

¿Quién tendrá los efectos más devastadores de la emergencia de salud?

Los efectos de esta pandemia no son iguales para todas y todos. Hay países donde la pandemia agrega más daños a los preexistentes: países ya oprimidos por el hambre y la pobreza; estrangulados por deudas, por ajustes estructurales impuestos por instituciones financieras globales y por políticas de austeridad; países bajo ocupación militar, como Palestina, o involucrados en guerras sangrientas, como Siria y otros países del Medio Oriente; países sujetos a privaciones de todo tipo por parte de bloques económicos unilaterales imperialistas criminales; países que carecen de instalaciones sanitarias adecuadas debido a políticas de privatización salvajes y recortes en el gasto público.

Esta pandemia ha expuesto los fracasos causados ​​por las políticas neoliberales de recortes a la salud pública, la transferencia de enormes recursos hacia el sector privado, el cierre de hospitales públicos, los despidos masivos de personal. Se han quitado recursos y fondos de los institutos de investigación y los sistemas de prevención para dirigirlos hacia una investigación más rentable para las multinacionales en el sector farmacéutico y sanitario.

La retórica de “todos estamos en el mismo barco” no ha podido mitigar las repercusiones de las políticas de austeridad impuestas por el FMI, el BCE y los organismos financieros multilaterales.

En todo el mundo, incluido Estados Unidos, esta emergencia de salud ha descubierto los vicios estructurales del sistema capitalista y los fracasos causados ​​por sus políticas que han aumentado la desigualdad, la discriminación y la injusticia social para garantizar los privilegios para unos pocos a expensas de los derechos de las personas.

La FDIM reitera firmemente que la seguridad que demandamos es la que garantiza los derechos para todas y todos, comenzando por el derecho a la salud, a través de planes de acción inspirados en los principios de solidaridad y cooperación internacional, intercambio de conocimientos y recursos materiales, científicos y tecnológicos.

Ningún país puede reclamar el uso de estos recursos exclusivamente para sí mismo.

Denunciamos y condenamos la persistente agresión del imperialismo estadounidense, que aun durante esta emergencia sanitaria mundial no renuncia a sus planes de rearme, no renuncia a sus diseños de “guerra híbrida”, guerra armada, comercial y mediática contra países que no inclinan la cabeza ante sus dictados.

Acompañamos el llamamiento del secretario de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, para la suspensión inmediata de los conflictos que tienen lugar en todas partes del mundo.

Finalmente, denunciamos los intentos de los gobiernos y fuerzas de extrema derecha de aprovechar las restricciones temporales recomendadas por la cuarentena para introducir restricciones permanentes al ejercicio de los derechos individuales y colectivos, como está sucediendo en Turquía, El Salvador, Bolivia; o peor, para reclamar plenos poderes, pisoteando las leyes y constituciones, como en Hungría.

Esta pandemia ha expuesto los fracasos causados ​​por las políticas neoliberales de recortes a la salud pública, la transferencia de enormes recursos hacia el sector privado, el cierre de hospitales públicos, los despidos masivos de personal.

¿Quién pagará el precio?

La prescripción del aislamiento social y el cierre temporal de muchas actividades, hasta ahora la única prevención efectiva de infección, paraliza o ralentiza sectores de producción completos. Si el contagio afecta a personas y comunidades sin distinción, sus efectos económicos y sociales no caerán igualmente en los diferentes sectores sociales.

¡Las mujeres, las clases trabajadoras, las comunidades étnicas marginadas, los sectores más vulnerables de la sociedad son quienes pagarán el precio más alto por esta emergencia de salud!

Por ello pedimos a los gobiernos que tomen medidas urgentes para garantizar:

  • Igualdad de acceso a la información y recursos económicos, financieros, médicos y psicológicos, servicios y tecnologías de salud para combatir la propagación de la infección para las personas y grupos sociales más expuestos y vulnerables, incluidos los reclusos, las personas mayores hospitalizadas en hogares de descanso, migrantes en centros de acogida.
  • Medios de vida básicos para las mujeres y hombres, familias, comunidades y grupos sociales más vulnerables, regularización inmediata de los migrantes irregulares y que accedan a la atención médica sin condiciones.
  • Medidas de protección de la salud para los trabajadores de la salud, la agricultura, la industria y los servicios esenciales.
  • Protección para trabajadoras y trabajadores expuestos al riesgo de despidos injustificados y licencias forzosas.
  • Ingresos de subsistencia, moratorias de deudas, alquileres y otros gastos corrientes para personas desempleadas.
  • Formas de indemnización económica para las pequeñas empresas del sector agrícola, industrial y terciario sujetas a cuarentena, para evitar su colapso total, o que sean devoradas por las empresas más grandes.
  • Medidas inmediatas para fortalecer los sistemas de salud pública debilitados por las políticas de privatización.
  • Dirigir el gasto público a favor de la conversión de la industria de guerra hacia el sector civil.

Pedimos a las Naciones Unidas e instituciones internacionales que apoyen:

  • Formas de desarrollo sostenible inspiradas en una alianza profunda entre los seres humanos y la naturaleza; en una economía sin explotación de clase y sin los estrangulamientos impuestos por el FMI y el BM; acciones contra embargos y sanciones imperialistas unilaterales contra países que defienden su soberanía nacional.

 

  • Planes de acción asegurando que lleguen a las personas, territorios y grupos más vulnerables, incluidos los campamentos de refugiados en situaciones de conflicto.

 

  • Compartir los resultados de la investigación científica y tecnológica entre todos los pueblos del mundo, sin especulaciones económicas.

 

  • La integración de la perspectiva de género en las políticas de bioseguridad.

Las mujeres están a la vanguardia de la lucha para detener la pandemia

Ellas, como asistentes de primera línea, profesionales de la salud, voluntarias de asociaciones no gubernamentales, científicas, están haciendo una contribución insustituible.

Son quienes brindan los servicios esenciales que permiten al resto de la comunidad vivir en el aislamiento personal que se requiere.

Esto significa que corren mayores riesgos tanto para su salud como para las implicaciones económicas y sociales negativas que se suman a las causadas por el sistema patriarcal.

Pedimos a las organizaciones afiliadas a la FDIM, a todas las organizaciones y asociaciones voluntarias, que garanticen que las medidas para proteger a las mujeres y las niñas contra la violencia sexual y doméstica no se detengan.

Llamamos a los gobiernos, instituciones internacionales, organizaciones sociales, institutos científicos, movimientos populares, para que nos unamos en el esfuerzo conjunto construyendo respuestas efectivas, basadas en los principios de solidaridad, compartir el progreso científico y tecnológico, la justicia y la igualdad social, la protección del medio ambiente, el respeto por la naturaleza y la paz, para garantizar la igualdad de acceso e influencia para mujeres y hombres en el desarrollo de políticas y procesos de toma de decisiones en esta circunstancia.

Mujeres de todo el mundo unidas en la lucha

Las mujeres unidas somos decisivas para construir una respuesta social global efectiva capaz de no solo reparar el daño de la crisis actual, sino también para prevenir las futuras.

Luchemos por la seguridad alimentaria, por el derecho a la vivienda, por el acceso al agua amenazados por privatizaciones; por educación, salud y protección del medio ambiente; por los derechos de los migrantes y las comunidades étnicas marginadas; contra las guerras de agresión y el desarme global: somos capaces de detener y repeler enfermedades e indicar la salida hacia un mundo diferente, donde prevalezcan las relaciones humanas y sociales basadas en los valores de igualdad, solidaridad, justicia social y paz.